domingo, 12 de octubre de 2008

Músico de la semana: Phil Woods

Phil Woods no le había dado importancia a ese saxo alto que había heredado de su tío. Sin embargo, apenas escuchó el mágico sonido de Charlie Parker comprendió que en el testamento de su tío se había escrito sobre algo más que la entrega de un objeto, se había escrito sobre la posibilidad de darle sentido a una nueva vida. A los trece años, Phil Woods decidió que ese saxo --el jazz, la música-- lo acompañaría para siempre.
Había nacido en 1931, en Springfield, y en el año 1948 se mudó a Nueva York donde conseguiría empaparse de la musicalidad de Lennie Tristano antes de tomar sus primeras clases de clarinete de la Julliard School.
En 1954 ofreció sus primeros conciertos y al año siguiente grabó con el guitarrista Jimmy Raney. 1956 fue su gran año: tras sustituir a Jackie McLean en el quinteto del pianista George Wallington, viajó para presentarse en distintos festivales y giras por Roma, Turquía y Oriente Medio, con la gran orquesta de Dizzy Gillespie.
En 1957 constituyó, con otro saxofonista alto, Gene Quill, el Phil And Quill Quintet. Un año más tarde formó parte de la agrupación de Buddy Rich.



En 1959 entró a la agrupación de Quincy Jones y las giras por Europa se hicieron periódicas. Las orquestas de Benny Goodman, Dizzy Gillespie, Oliver Nelson, George Russell y Thelonious Monk contaron con su particular sonido.
En 1968 se instaló en Europa, primero en Londres y después en París, donde creó su European Rhythm Machine, con George Gruntz, luego Gordon Beck, Henri Texier y Daniel Humair. En diciembre de 1972 regresó a Estados Unidos para instalarse en Los Angeles, donde dirigió durante diez meses un cuarteto junto con el pianista Pete Robinson.
En octubre de 1973 se mudó a Pennsylvania; aunque allí formó un nuevo cuarteto, se dedicó más intensamente a la composición y a la enseñanza.
En 1983 formó un conjunto que tenía a Hal Galper en el piano, Steve Gilmore en el contrabajo y Bill Goodwin en la batería. El trompetista Tom Harrell, incorporado a esa formación, fue uno de los tantos jóvenes talentos que Woods supo promocionar.
Como Parker, su primer ídolo, posee fogosidad, pasión y perfecto dominio del instrumento. Pero su estilo suma la inspiración melódica al gran virtuosismo. Aunque fue indiscutible su filiación al bebop, supo fundir las más diversas influencias --desde el cool al free jazz- dentro de sus originalísimos arreglos.

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